MENSAJE
DE MARK:“¿Te bajas al parque y
nos acabamos lo que sobró ayer? Ya sabes cómo se cura la resaca…y tú tienes que
tener hoy la cabeza como si te fuera a explotar. Corre, que El Cabeza le está tirando ya. “
Nuestro
protagonista no llega a la década y media de edad, es autóctono de un pequeño
pueblo del sur de la Península, pero ,tras la ruptura de sus padres ,su madre,
a la que le corresponde la custodia de su hijo, ha decidido mudarse a la ciudad
para ejercer por primera vez como economista. Hablamos de Marcelo, no perdón…
Hablamos de Marce, hipocorístico que Mark usó el primer día en el que el
forastero llegó a clase.
Este
mismo Mark, el cual se quedaba en casa solo este fin de semana, invitó a varios
compañeros a su casa el viernes noche, entre ellos Marcelo. Compraron cervezas
y algo más. Marcelo, quien no solía beber
en el pueblo, probó dos o tres botellines de zumo de cebada. Él no se dio
cuenta, pero sus mofletes empezaron a enrojecerse y empezó a contar chistes con
ese acento proveniente de su pueblo natal que a Mark le hace tanta gracia.
Todos los amigos de Mark empezaron a reírse, no se diferenciaba muy bien si lo
que les hacía realmente gracia era el chiste en sí, o cómo tartamudeaba el
orador al querer empezar alguna frase. Esa noche, Marce, no paso de la segunda
fase por las que puede pasar una persona cuando ingiere alcohol. No llegó a la
fase cinco: estado de estupor, ni mucho menos al estado de coma; pero sí que
pasó la velada en un estado de euforia el cual se alcanza con 10mg/dl en la
sangre de alcohol, simplemente aumentó su autoestima, por lo que se produjo una
disminución de la inhibición social y, como consecuente aumentó su
sociabilidad. El tartamudeo que mostró está justificado por la falta de atención
y control que se produce en este estado.
Aun así, no tuvo tanta repercusión en su cuerpo como en el cuerpo de
Marta, otra chica de la clase que ingirió similares cantidades de alcohol pero
se quedó dormida tras haber estado llorando por un ex, que por lo que ella
contaba, echaba mucho de menos. Nadie entendía nada, ya que Marta pasó de una
felicidad extrema, a un llanto descontrolado. Podemos ver, como la chica avanzó
de un estado de euforia, a tercera fase, estado de excitación en el que pierde
en juicio crítico y la comprensión. Esta diferencia de consecuencias entre
Marta y Marcelo, se debe a que el cuerpo femenino acepta veinte miligramos
menos de alcohol en sangre que los hombres, y por lo tanto, avanzarán por las
fases con más rapidez que los varones.
En
este momento, Marcelo acaba de recibir este mensaje de su compañero. No duda en
decirle a su madre que va a un rato a la biblioteca, se calza las Nike´s y se
baja al parque. Cuando llega se
encuentra a su amigo Mark, a Marta y a su amiga Nicole. Marta no parece
recordar lo que le pasó la noche anterior, ya que la mitad de la litrona que
sujeta en la mano ha bajado a un poco más de la mitad, aunque si escuchamos las
carcajadas de Nicole, podemos deducir que está acompañando a su amiga. Cinco minutos más tarde de él llegar, llega
El Cabeza un adolescente conocido por este apodo, aunque realmente se llama
Fernando y su padre tiene un importante cargo en el ayuntamiento. También es
nuevo en la clase ya que está repitiendo curso.
El repetidor ha traído un poco de marihuana
para acompañar las cervezas. Le ofrecen
a Marce un poco del primer porro, él se abstiene pero tras algunos “Venga, ¡no te cagues!”, “no te va a pasar
nada por una calada” inhala una calada del segundo porro. Tose un poco, pero se
siente alagado por los comentarios de sus acompañantes, y se siente bien al
hacer lo mismo que ellos. Decide seguir fumando un poco de esa sustancia, la
cual no comprende cómo puede ser ilegal ya que cree que no le hace mal a nadie,
él se siente a gusto durante ese momento. El consumidor, ha entrado en un
estado de vigilia, es decir un estado alternativo de consciencia en el que él,
en este momento está sufriendo euforia, aunque también puede sufrir shock o
alucinaciones. Este estado satisfactorio es provocado por el THC que contiene
la droga que nuestro personaje está catando. Esta sustancia actúa sobre el
sistema cerebral de gratificación el cual está compuesto por las regiones del
cerebro que controlan las respuestas que se dan a las cosas placenteras, como
puede ser el chocolate o el sexo. Al activarse este sistema, con cualquiera de
estos elementos, se libera una sustancia llamada dopamina. Debido a la
segregación de esta sustancia, Marcelo se encuentra en un estado eufórico,
aunque mientras transcurre el tiempo, se encontrará en un estado más relajado
que probablemente dará lugar a que sienta sueño o incluso depresión. Afortunadamente, si Marcelo no hace de esta
tarde un hábito, únicamente llegará a casa con los ojos más colorados de lo
normal, ya que se aumenta el ritmo cardiaco, los bronquios se relajan y
ensanchan y los vasos sanguíneos del ojo se dilatan; beberá dos o tres vasos de
agua, cenará con mucho apetito y, al meterse en la cama, pasarán miles de
pensamientos por su cabeza en los cuales no había pensado nunca y que en ese
momento, le parecerán los más importantes del mundo. Quizás, lo más raro de la
tarde para nuestro adolescente, ha sido lo atractiva que se encontraba Marta.
No logra explicarse esto, ya que nunca antes se había fijado en ella hasta esta
tarde, y a pesar de que no había ningún cambio en su maquillaje ni su forma de
vestir, él la había encontrado mucho más guapa y sexy. Esto se debe a otro de los extraños efectos
de las drogas: la ilusión. La ilusión se define como una percepción errónea de
la realidad, y en este caso se ha dado por la combinación de poca claridad
perceptiva y un estado emocional intenso. Esta consecuencia ha desembocado en
que Marcelo encontrase a su compañera mucho más atractiva que otros días, pero
podría haber dado lugar a algunas alteraciones en la memoria o incluso a percibir
sonidos irreales.
Y
ahora bien, Marcelo no ve nada malo en que se le enrojezcan un poco los ojos, en
que cene dos platos de macarrones y en que Marta estuviera tan bonita. Efectivamente, lleva razón, ya que el consumo
de drogas eventual tiene un bajo porcentaje de probabilidad para dejar
secuelas. Lo realmente preocupante serían los efectos a largo plazo de un
adolescente que consume drogas habitualmente. Para explicar esto, hablaremos de
El Cabeza. Este sujeto, el cual a pesar de que su familia posea más dinero que
cualquiera de las de sus amigos, los problemas y las peleas entre sus padres
son el doble que en cualquiera de estas familias; y a pesar de ser hijo único,
se encuentra totalmente desatendido por sus progenitores. Por este motivo,
aunque él no se dé cuenta, no duda en llamar la atención de ellos a cada
momento, y para ello, está repitiendo curso por segunda vez.
Fernando
pertenece al 20% de españoles adolescentes los cuales consumen drogas con frecuencia.
Este alto porcentaje se debe a la extensa vulnerabilidad de los adolescentes
ante las drogas, debido al desarrollo incompleto de las regiones que controlan
estos impulsos, por lo tanto, aunque el joven sepa que es un acto perjudicial
no podrá inhibir el deseo de probarlas. El repetidor, sufrirá algunos efectos a
largo plazo como la poca resistencia ante comunes enfermedades como el
resfriado o la gripe o algún trastorno en el crecimiento, pero la que vamos a
destacar será el deterioro que producirá el THC en su memoria. Esta sustancia
afecta directamente al hipocampo, área del cerebro responsable de la memoria.
El THC afecta a esta área haciéndole perder neuronas con rapidez. Realiza el
mismo procedimiento que el que se realiza durante el envejecimiento
naturalmente, se pierden la capacidad para memorizar, y por lo tanto para
aprender cosas nuevas. Aquí, vemos explicado como a pesar de que nuestro Fernando
realizó un pequeño esfuerzo para aprobar el último examen de matemáticas,
suspendió, ya que a pesar de haber estudiado el mismo tiempo que en sus años en
los que aprobaba, el número de neuronas que contenía era menor, y no tuvo capacidad
suficiente para memorizar esa cantidad de fórmulas necesarias para realizar el
examen.
Este
breve relato refleja la situación actual en la que se encuentran, como se ha
dicho antes un 20% de los adolescentes españoles, en el que curiosamente,
dentro de este un 40% son chicos y un 60% son chicas. Además, el problema se
agrava si vemos que un 81% de estudiantes de universidad afirman haber
consumido drogas ilegales en los últimos dos años, aunque afortunadamente la
droga más consumida entre los menores sea el alcohol. España sigue a la cabeza
de consumo de drogas dentro de la Unión Europea, junto con Francia y Reino
Unido. Este problema social es una responsabilidad de todos los grupos de
edades, ya que desde los mayores que tienen la función de concienciar e
intentar regular el asunto, están seguido los menores los cuales deben hacerse
responsables de la mayoría de sus actos y actuar con maduración ante ellos.
Es
un problema que debería frenarse a nivel mundial, ya que, aunque creamos lo
contrario, el consumo de drogas se ha convertido en un indicador de población
desarrollada.